Un lugar en la Patagonia donde siempre se hacen amigos
El espectacular crecimiento que ha tenido el hostelling -como se denomina a esta forma de alojamiento- en Argentina queda demostrado con un solo dato: en tres años, más de 120 ya están afiliados al Club del Acampante. Pero, ¿por qué adherir hostels a un club de campistas? ¿y por qué incluir notas sobre ellos en una revista de camping?, nos preguntamos. Y las respuestas fueron simples: muchos turistas no encuentran dónde armar la carpa en algunos centros vacacionales, o los campings están más alejados y su acceso es dificultoso sin un vehículo. Otras veces les resulta más cómodo alojarse en la zona urbana, situación que se potencia fuera de la temporada de verano. Pero sobre todo, porque desde que tomamos contacto con ellos, descubrimos que muchos principios de la vida en carpa están presentes en un hostel; la camaradería, la amistad y las ganas de conocer gente nueva. Y si cuesta creerlo, veamos lo que cuenta Diego Puma, del hostel que lleva su nombre en San Martín de los Andes.
“La idea es que el huésped se sienta cómodo, con gente afín, que pueda compartir las experiencias del día y conocer nuevos amigos en un lugar sano, económico y seguro. Uno puede compartir el cuarto con persona de la India, de Alemania y de Bélgica a la vez y entenderse perfectamente, a pesar de la diferencia de idiomas. Acá todos se llevan bien: ese es el espíritu del hostel, y quienes vienen lo aceptan y fomentan la buena convivencia y el respeto por el otro sin importar raza, religión o color de piel”. Conocedor del oficio, así clarito define Diego el sentido de este tipo de alojamientos.
Él comenzó su actividad en 1999, después de dedicar más de un año a la construcción del edificio. “La idea era hacerlo en Puerto Madryn, donde tengo familia, pero ya había uno de la cadena Hostelling International. Por eso consulté a Marcelo, un amigo que abrió el hostel Alaska en Bariloche, quien me recomendó que vea la posibilidad de hacerlo aquí ya que no había uno. Sólo había algo parecido de los empleados de YPF”, cuenta.
Así, fue a visitar ese rincón maravilloso en la cordillera neuquina. “Al visitar el pueblo con mi primo Carlos, sentí que este era el lugar donde quería vivir y desarrollar mi negocio. Consulté con la gente de Turismo de la Municipalidad, con la gente de Hostelling Internacional para hacerlo dentro de los requisitos establecidos y me lancé a la aventura. Pude concretar la construcción gracias a mis padres, que me apoyaron en todo momento, y al resto de mi familia que aportó su granito de arena.
Al comenzar, el emprendimiento contaba con 24 plazas. Ahora tiene 48, distribuidas en 14 piezas dobles, triples y quíntuples. Todas cuentan con baño, lockers y calefacción. Además, entre los espacios de uso común hay una cocina comedor completa para uso libre de los huéspedes, donde pueden preparar sus comidas, living con estufa a leña, internet wi fi libre, una biblioteca con información regional, parrilla en el patio y lavadero
Para llevar adelante el albergue, trabajan entre 4 y 6 personas, según la temporada. Ellos brindan atención bilingüe, habida cuenta de la frecuente presencia de visitantes extranjeros. Sobre sus huéspedes, Diego reconoce: “hay muchos a los que les gusta viajar solos y conocer gente. Por eso, pusimos mesas con bancos largos en el comedor, para que se pueda compartir mejor ese momento.
También esto ocurre con los grupos, ya que les parece más entretenido compartir con otros viajeros antes que estar un poco más aislados en otro tipo de alojamientos”. Entre ellos, reconoce que hay varios “reincidentes”. “Muchos llevan ocho temporadas seguidas viniendo, ya sea todos los inviernos para esquiar, como en verano para disfrutar de los trekkings y las visitas a la naturaleza. Según el clima y la época del año, las estadías promedio están entre 3 y 6 noches.
Una tendencia que crece
“El desarrollo de los hostels en Argentina ha sido notable en estos años. Al comienzo había muy pocos, pero ahora hay cientos, aunque no todos pertenecen a la cadena Hostelling International”. Los establecimientos de esta cadena mantienen cinco normas básicas de calidad que los diferencian de otros alojamientos: bienvenida, recibimiento, seguridad, intimidad y limpieza. “Uno de los lugares con más desarrollo fue Buenos Aires, porque es un tipo de alojamiento muy común para el turista joven europeo o norteamericano. Favorecidos por el tipo de cambio de la moneda, vienen a conocer Argentina, y Buenos Aires es su principal puerta de entrada. San Telmo, Palermo, Montserrat, etc, fueron los barrios elegidos para el desarrollo de estos emprendimientos, que después florecieron en la Patagonia, Rosario y el noroeste”, cuenta.
Esta demanda, explica, estuvo potenciada por los argentinos que en los ´90 pudieron viajar al exterior y conocieron el hostelling. Al cambiar la economía y encarecerse los viajes, comenzaron a recorrer el país tomando a los albergues como lugar de alojamiento. “Este vuelco hacia el interior, con el desarrollo del turismo aventura, el trekking y el turismo activo dio un importante impulso en el público argentino. En este rincón de la Patagonia siguen siendo mayoría en el verano como en el invierno”, dice Diego.
Diversidad y diversión
Quienes suelen usar un hostel como tipo de alojamiento saben que la amistad, la diversión y la apertura a nuevas experiencias están siempre a la orden del día. Ya sean motivadas por los anfitriones, como planeadas por los huéspedes, las actividades no tardan en aparecer. “Recuerdo un fin de año, creo que el 2002… la idea era hacer una cena a la canasta con los huéspedes. Había ingleses, franceses, alemanes, y argentinos por supuesto. Cada uno tenía que aportar alguna comida típica o que fuera común en su su familia. Lo mejor fue un español que llegó ese misma tarde después de hacer la Ruta de los 7 Lagos en bicicleta. Aún cansado como estaba, quería aportar sí o sí algo a la mesa. A la hora de comer, apareció con una tortilla de papas impresionante, ¡como para 15 personas! Además, todo estábamos vestidos para la ocasión, y recibimos juntos el año nuevo. Seguramente extrañaron a sus familias, pero mucho menos que si hubieran estado solos”. Porque, según Diego, “acá la cosa es así: en un hostel, es muy difícil que alguien se quede solo…”
Contacto
A. Fosbery 535 - San Martín de los Andes
Tel. (02972) 422443
puma@smandes.com.ar
www.pumahostel.com.ar
Notas de Hostels en ediciones anteriores
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- El desafío de hacer que cada huésped se sienta como en su casa
- Un lindo hostel en Salta la Linda
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Somos 5 , un matrimonio y 3 hijos (15,13,y 10 años). Cual es la tarifa para hospedarse allí. El lugar da para que vaya una familia o es para jóvenes(estudiantes)?
Comentario bajo el anterior sistema de marcia
Marcia: para conocer tarifas y posibilidades de alojamiento, debés comunicarte directamente con el camping a través de los datos que brindamos en la nota, o bien ingresando en www.acampante.com , donde figura más información. Saludos!
Comentario bajo el anterior sistema de Marcelo Tedesco
precio del 23-01-2010 al 30-01-2010 para 2 personas
Comentario bajo el anterior sistema de cristian perez
Hola queria saber cuanto esta para toda la temporada invernal para 1 o 2 personas ! gracias.... ! o si saben alguna... desde julio...!
Comentario bajo el anterior sistema de NAHUEL
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