Nueva denominación de la Revista del Acampante
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Nuevas tendencias en el campismo

Airelibredigital.com » Editorial
Autor: Jan Geertsen, Marzo 2014

Seguimos con la propuesta de ir ofreciendo temas para el debate sobre las nuevas tendencias en la práctica del campismo. En esta ocasión abordamos un tema que nos parece interesante: en los últimos 15/20 años se produjeron profundos cambios en la modalidad de lo que denominamos turismo en camping. Cambios que no son una moda pasajera, y que van obligando a modificar la oferta en la dirección que exige la demanda de este servicio. 

 

Editorial

 

Lo que ha cambiado es el concepto de vacaciones. Si ayer significaba tomarse entre 15 y 30 días para ir a descansar, hoy cada vez más se usa las vacaciones para salir a conocer lugares, para divertirse, o recorrer el país. Y este cambio ha afectado profundamente el rol de los campings y la práctica del acampe.

Si bien ambas modalidades siempre estuvieron presentes, lo que se ve es que una modificación en la tendencia predominante. Lo que antes solo era patrimonio de los jóvenes y algunos espíritus aventureros, hoy se está generalizando para todos los grupos familiares.

Ayer, para la mayoría, el concepto de acampe tenía que ver con establecerse en un lugar por un tiempo determinado. Vinculado al turismo, era común ver a la familias de acampantes llegar con su “equipo”, que armaban con gran placer y maestría, para quedarse “de acampe” una quincena, 20 días y hasta un mes en el mismo establecimiento. El equipo bien podía ser una gran carpa estructural, con antecarpa utilizada como lugar de estar y comedor diario,  una casa rodante mediana o incluso un motorhome (normalmente colectivos carrozados)

Hoy, aquella imagen se va desdibujando en el recuerdo de los más veteranos. Lo que vemos cada vez con mayor frecuencia, es que los campistas en muchos casos apenas saben armar una carpa o que al menos les irrita el tener que hacerlo, y optan por alguna variante que les simplifique el armado y desarmado. Por otra parte, la ansiedad por conocer lugares diferentes en poco tiempo, va reemplazando el concepto de “acampar”, en el sentido de establecerse en un lugar. Y los equipos se caracterizan por ser muy livianos, carpas igloo fáciles de portar y aptas para las estadías cortas; y en otros casos la carpa utilizada es una igloo de las grandes o directamente se opta por el alquiler de cabaña o dormi. Las casas rodantes pesadas tienden a ser reemplazadas por los minirodantes y trailers carpa o tipo casas rodantes plegables; y los motorhomes cada vez son más vehículos utilitarios medianos carrozados con distintos grados de sofisticación. Pero la característica común es que la estadía promedio en un mismo camping disminuye año a año.

Necesidad de adaptarse
Como consecuencia, los campings de antaño que no se adecuaron a esta nueva demanda, envejecen, pierden clientes, mientras sus dueños no comprenden bien que sucede ya que año a año el promedio de días de estadía por grupo disminuye. Y no siempre la rotación suplanta esta pérdida.

Pero aparecen nuevos emprendedores, con servicio de cabañas o dormis, parcelas cubiertas para carpas no aptas para soportar las inclemencias climáticas, con la alternativa de turismo aventura anexados, recreación para los chicos y especial énfasis en ofrecer mejores sanitarios y sectores especiales para rodantes. Hoy además se requiere servicios de quinchos con asadores, preferentemente cerrados, para que las estadías se prolonguen ante el mal tiempo y favorecer la sana costumbre campista de juntarse entre amigos.

La crisis afectó incluso a algunos de los “grandes” campings tradicionales, mientras otros reaccionaron a tiempo frente a esta nueva realidad, transformándose en verdaderos complejos, de forma tal de poder seguir liderando la oferta de esta modalidad turística

Lo que está claro es que hay cambios en la demanda y se requiere que la oferta se adecúe a los mismo.

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