Ojos del Salado, primera expedición en bicicleta al volcán más alto del mundo
Un profesor de Educación Física y un licenciado en Biología amantes del deporte aventura intentaron el volcán más alto del mundo en mountain bike. Su recorrido relevó rutas y variantes para el ascenso a la segunda montaña más alta del continente.
El Ojos del Salado tiene 6.891 msnm, cota que lo convierte en el volcán más alto del mundo y la segunda cima más alta de los Hemisferios Sur y Occidental, siendo sólo superado por el Cerro Aconcagua (6.962 msnm). Se localiza en la zona más árida y desértica de Los Andes, sobre una amplia planicie denominada Altiplano Sudamericano, que abarca la III Región de Chile y en la provincia de Catamarca por el lado argentino, en un sector rodeado de montañas de 6.000 msnm. Debido a su ubicación en plena Puna de Atacama, la montaña presenta condiciones climáticas muy secas, con nieve únicamente durante el periodo invernal y sólo en las cotas superiores.
Nuestro objetivo era realizar una aproximación en mountain bike, desde Fiambalá (Argentina) hasta el campamento base del volcán (5.500 msnm), y desde allí ascender hasta la cumbre, con la intención de difundir en el mundo del montañismo este nevado a través de la transmisión on line de la expedición, y realizar un documental sobre el desafío deportivo y sus atractivos naturales, culturales, históricos y arqueológicos.
Llegamos a Fiambalá ya anocheciendo el sábado 6 y nos hospedamos en la Hostería Municipal. Realizamos los últimos arreglos de logística durante el día siguiente y también visitamos el Museo de los Seismiles donde pudimos apreciar historias de otros expedicionarios. Allí tuvimos una pequeña charla con su directora, la licenciada María Acevedo, quien nos brindo valiosa información sobre la ruta como también comentó que no tenía conocimiento de otra expedición en mountain bike que haya intentado una ascensión por la ruta argentina.
Comenzamos a rodar...
El amanecer se presentó con un fuerte viento Zonda que oscurecía el horizonte con tierra y arena en suspensión, como un preludio de la jornada que nos esperaba. El primer día debimos recorrer 54 kilómetros y superar un desnivel de casi 1.500 metros. La ardua tarea nos demandó 7 horas hasta llegar al primero de los refugios, construido por el gobierno de Catamarca, a 2974 msnm. Estos lugares son utilizados por los viajeros en caso de emergencia. Allí hicimos noche y al amanecer del día siguiente nos encontrábamos nuevamente en la ruta con destino a Cazadero Grande. Esta jornada fue menos extenuante ya que un viento suroeste nos acompañó durante los 60 kilómetros del recorrido, permitiéndonos alcanzar en las bicicletas velocidades que superaban los 60 km/h. El final del día nos posicionó a 3.456 msnm
El asfalto se hizo huella, y cambiaron los planes
A la mañana comenzamos a transitar la parte más dura de la travesía en bici: la aproximación al campamento base del Ojos del Salado, llamado "Arenales", a 5500 msnm. A partir de ese momento debimos realizar varios campamentos intermedios.
Durante el transcurso de nuestro recorrido comprobamos que la información recibida en Fiambalá era contradictoria y, en algunos casos, errónea. Las sendas, huellas y lugares con que nos encontrábamos día a día eran conocidos por su nombre pero actualmente casi nadie las había transitado o visitado, como también las distancias en kilómetros, altitud y ubicación por GPS en la que se hallaban pues no era la ruta de trekking tradicional de aproximación al campamento base. Esto ocasionó un replanteo de nuestra travesía y objetivos, por los días que disponíamos para la experiencia en este lugar. Ya no sería nuestro objetivo la cumbre sino relevar otras vías de acceso casi desconocidas hacia el volcán.
En la mañana comenzamos por una antigua huella de vehículos 4x4 un ascenso abrupto desde Cazadero Grande hacia el “Abra de Juan Carlos” (4800 msnm), luego un descenso de algunos kilómetros hacia “Cueva del Cuerno” (lugar de encierro y esquila de vicuñas utilizado por los lugareños), luego trepamos hacia “Abra del Cuerno” (4200 msnm) llegando al final de la tarde a “El Hornito” (4000 msnm). Al día siguiente continuamos pedaleando 10 kilómetros hacia “Reales de Rasguidos” (4400 msnm). Hasta aquí arroyos de deshielo nos acompañaban al costado del camino por lo que fue posible contar con agua para los campamentos. Ya llevábamos 3 días de pedaleo en un 55 % del camino que sumó 50 kilómetros. El trayecto por delante era demasiado difícil por el terreno arenoso, guijarros volcánicos y el esfuerzo de ascenso en bicicleta a cierta altura lo volvía casi imposible. Por ese motivo dejamos nuestras bicis y continuamos a pie y mochila al hombro...
La vegetación en este punto estaba dominada por coirones, que se volvían cada vez más pequeños y fueron desapareciendo debido a las condiciones ambientales extremas de la alta montaña. Allí el suelo no se moja ya que las pocas precipitaciones que ocurren se mantienen en forma sólida (nieve o hielo). Grupos de vicuñas y guanacos nos observaban desde lo lejos sin dejarnos acercar para tomarles fotos o filmarlos.
Después de 5 horas y un fuerte viento del oeste llegamos a “Portezuelo Negro” (5200 msnm) donde armamos la carpa con precaución, pues las ráfagas de viento podían ponerla en vuelo si nos descuidábamos. A partir de este lugar encontramos varios sectores con penitentes de hielo.
Desde aquí recorrimos al día siguiente durante otras 5 horas un amplio valle que asciende hasta los 5330 msnm en dirección noroeste por 5 km y se continúa luego 6 km más por otro valle en dirección norte para acceder al campamento Arenales (5500 msnm) al pie del volcán.
Para tener en cuenta
Existe mucha información en la bibliografía argentina dedicada al montañismo sobre nuevas rutas de acceso y ascensos a diversas cumbres de nuestro territorio, pero pocas dedicadas a vías de evacuación rápida y segura cuando las circunstancias así lo requieren. Este es el caso del Ojos del Salado, que cuenta con un servicio por la vía chilena que debe abonarse en no pocos dólares, pero a su vez ofrece seguridad en la evacuación, algo muy importante que debe tenerse en cuenta y ofrecerlo al turismo de alta montaña. Lamentablemente esas condiciones no se dan por la vía argentina. En esta expedición relevamos un recorrido olvidado que, si bien es poco práctico de ser utilizado para portear a pie el equipo y víveres hacia el campamento base Arenales (debido a la distancia excesiva a recorrer -11 kilómetros- y altitud desde 5100 a 5500 msnm) es factible de ser utilizado para llegar en un vehículo 4x4, ya sea para traslado de todo lo necesario para la estadía y ascenso como así también para la evacuación de personas en cuestión de horas hasta la ruta nacional 60.
Regresamos
La vuelta comenzó con un descenso desde Portezuelo Negro hacia Reales de Rasguido en 3 horas, y luego otras 8 horas más llevando a pie nuestras bicis, pasando por Hornito y siguiendo por la vía de trekking tradicional de acceso al volcán para llegar a El Quemadito. Esta vía es muy interesante por los diversos paisajes que nos tocó descubrir: medanales, roquedales y formaciones rocosas sedimentarias muy llamativas acompañados por las innumerables vueltas y contornos que crea el río Cazadero Grande.
La recta final
Ya en el refugio provincial Cazadero Grande, en la ruta nacional 60, emprendimos en la mañana los últimos 110 km que nos separaban de Fiambalá. El viento en contra impidió en parte ir con cierta velocidad a pesar de que la ruta es de bajada y en los kilómetros finales nos dejo exhaustos y llenos de tierra y arena. En esta situación deplorable ingresamos a Fiambala. Por suerte nuestro ánimo y hambre estaban intactos, y el delicioso pollo a la provenzal como menú, acompañado de cervezas bien heladas, cerró con saldo más que positivo nuestra experiencia...
Ficha técnica:
Montaña: Ojos del Salado, 6.891 msnm
Ubicación: Sudamérica (Argentina-Chile)
Primer Ascenso (Año 1937): Expedición Polaca de Jan Alfred Szczepański y Justyn Wojsznis
Relieve: Alta montaña, Puna, Desierto y Salares.
Ruta Elegida: Argentina
Modalidad: Mountain Bike y Montañismo
Organizó: AcamparTrek www.acampartrek.com.ar
Colaboró: Ansilta
Notas de Aventura en ediciones anteriores
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