Edición: Agosto 2010

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La opción de los principiantes para meterse al agua

El mundo de la náutica deportiva es bastante heterogéneo. Desde un pequeño crucero pasando por yates, lanchas, veleros, gomones, motos de agua hasta llegar a una balsa. Este sector es dinámico, y la variedad genera más inserción de embarcaciones, por lo tanto más navegantes. El rango de opciones a elegir y los precios hacen que los sueños de flotar en el agua estén al casi al alcance de todos.

En la actualidad, el parque de embarcaciones livianas en Argentina está compuesto por 150.000 unidades matriculadas, distribuidas en: botes, 44%; lanchas, 43%; motos de agua, 7%, y el 6% restante se reparte entre cruceros, veleros y otros barcos menores. La industria nacional no tiene nada que envidiarles a los países desarrollados en este aspecto. Consultando a la Cámara Argentina de Constructores de Embarcaciones Livianas (CACEL) se ven números alentadores. En la actualidad los fabricantes pueden hacerle frente a todo tipo de construcción, desde embarcaciones para transporte, carga, turismo o de uso deportivo, hasta pesca comercial, seguridad o defensa. Desde un inflable hasta un crucero, el barco argentino posee, claramente, calidad de exportación.

María Cuffia, coordinadora general de CACEL dice: “El sector está formado por más de 120 empresas constructoras de veleros, cruceros, lanchas, inflables, equipamiento y todos los servicios necesarios para la producción y el mantenimiento de una gran diversidad de embarcaciones, disponiendo de una capacidad instalada de más de 700 mil m2 y ocupando a más de 18 mil personas, en forma directa e indirecta”. Además se suma una gran aceptación de los mercados extranjeros por las embarcaciones Argentinas. María agrega: “Nuestros productos tienen gran aceptación en el exterior, por poseer excelente mano de obra y terminaciones artesanales que son muy apreciadas. Se exporta a distintos países del mundo aprovechando la diferencias cambiarias y calidad del producto con respecto a los precios internacionales”.

Opciones para los principiantes

Argentina cuenta con más de 3 mil kilómetros de costas para navegar, que junto a los ríos, lagos y lagunas satisfacen toda la demanda de actividades náuticas. Esta facilidad para encontrar campos aptos para llevar el “botecito” genera no sólo un acercamiento a la adquisición de uno sino que impulsa el turismo náutico. Podemos ver varios emprendimientos de paseos en kayak, remo, botes, alquileres de lanchas, etc. junto a casi todos los espejos de agua.

Los pequeños botes de fibra o los inflables suelen comprarse como primera unidad y usarse tanto para recreación junto a la familia o para complementar otra actividad, como la pesca. Fernando Rivas, de astillero Aventura, se dedica a fabricar botes plegables. Él señala que al comprar la primera embarcación “son varios puntos a tener en cuenta, principalmente como todo, la calidad del bote y sus terminaciones, luego que garantía te da el astillero, porque generalmente se usan para pescar, cazar o pasear y son bastante castigados. Por último tener en cuenta los desembolsos futuros… tráiler, patentes, seguros, mantenimientos, etc. Esto no suele ser tenido en cuenta y termina siendo un dolor de cabeza para los usuarios”.

Volviendo al bote plegable, Fernando dice: “Proporciona muchas ventajas, una de ellas es que no requiere tráiler, se pliega y se pone en el techo del auto o garaje, ahorrándote espacio para guardar el bote y el mismo tráiler, que solemos ver en los jardines o frentes de casas ocupando lugar. No solo eso, sin tráiler no hay patentes ni seguros que pagar por lo que genera un ahorro económico”. Claro que la velocidad no es su fuerte, posee un motor de 6hp, que solo permite paseos cortos. Con respecto al mantenimiento del mismo agrega: “es un bote muy resistente gracias al material del que está hecho, fabricado con un compuesto para las Industrias aeronáutica, automotriz y náutica, de la familia del Kevlar”.

Otra opción que se suma a los plegables, son los inflables. Su transportabilidad y fácil manejo hacen que un bote inflable también sea una buena “primera opción” para los que quieren probar flotar en el agua. Gustavo Scévola, de Astillero Arquinav -fabricante de los inflables Alovecs- caracteriza claramente el mercado: “nuestros productos están ligados al ocio y el tiempo libre, y por eso estamos dentro del sector de la economía que más se resiente cuando aparece alguna crisis, como la que acaba de pasar. Actualmente los operadores turísticos son optimistas sobre, por ejemplo, el ingreso de extranjeros que viene a pescar a Argentina, una de las actividades que más decayó con la crisis. Y este es un sector que utiliza los productos que nosotros fabricamos. Se puede decir que el mercado ha sido muy irregular en los últimos años, a lo que se suma la estacionalidad propia de este tipo de productos, mayormente recreativos. Ésta tiene un crecimiento entre enero y marzo para luego decaer y volver a subir entre septiembre y octubre”.

En el mundo de los inflables, se conjugan las posibilidades recreativas con las deportivas. Arquinav lleva más de treinta años fabricando embarcaciones neumáticas de todo tipo, desde donde provee a clientes de Argentina y países limítrofes. Tienen cinco grupos de productos: canoas, catarrafts, balsas, semirrígidos y desarmables, que comprenden trece embarcaciones diferentes. “Escuchar a los usuarios y brindarles solución a sus diferentes necesidades es la base de la nueva tendencia, que va hacia productos personalizables”, indica Gustavo. Los inflables son una opción estable, segura, compacta y ligera para quienes se inician. La tecnología actual ha mejorado notablemente los materiales, que en muchos casos pasaron de simples lonas vinílicas a telas neumáticas recubiertas en PVC náutico, con trama anti desgarro, gran espesor y resistencia. En 2008 la firma –que comenzó fabricando colchonetas y salvavidas a mediados de los 60’s- lanzó sus primeros catarrafts al mercado superando ese año las expectativas de venta. Esta es una embarcación de dos flotadores con uno a tres asientos y marco de aluminio, utilizada sobre todo para pesca y flotadas. Ellos se sumaron a los semirrígidos, las balsas y los desarmables, que son botes neumáticos que pueden desinflarse y enrollarse, lo que facilita su guardado y transporte.

Los dos productos más novedosos de la marca son la balsa de flotadas con espejo para motor, en dos versiones. Uno ya incluido de fábrica, y otro módulo tipo marco para adaptar a las ya existentes. El otro son los “duck floats”, en cuatro versiones, que se utilizan mayormente para pesca con mosca. Si se cumplen las previsiones de la firma, en noviembre se sumarán a ellos los inflables propulsados a vela.

Tanto los plegables como los inflables son opciones cuyos precios rondan los 1200 a 3000 dólares, dependiendo del tamaño y el tipo de embarcación, con la ventaja de no requerir gastos asociados como tráiler, cochera adicional, seguros, etc. Como se ha mencionado, las opciones son muchas, sólo basta animarse, probar y elegir el más divertido o adecuado.

Video cataraft:

http://www.youtube.com/watch?v=V0MqCZuTFqE&feature=related

Video canoa inflable:

http://www.youtube.com/watch?v=5qNFqrXWBfI

Fotos: Astilleros Arquinav y Aventura

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