Edición: Septiembre 2010

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En familia o con amigos, siempre será bienvenido

La pintoresca villa de Colonia Suiza, a 22 kilómetros de la cada vez más cosmopolita Bariloche, pone el marco ideal a un camping y refugio que parecen extraídos directamente de los Alpes. El complejo comenzó hace veinte años como colonia de vacaciones para estudiantes y grupos de diferentes lugares del país, y desde hace cuatro temporadas opera también como camping. “El público de septiembre a diciembre está compuesto por chicos y jóvenes pertenecientes a instituciones educativas. En verano y en julio son familias, clubes, universitarios, y jóvenes extranjeros que aman la montaña y la vida en carpa”, explica Ana María Guerra, su administradora.

Estas diferencias no se notan a la hora de dormir o en los tiempos de descanso, porque según ella, todos tienen en claro cuáles son las normas. Aún así, cuenta con un comedor cerrado donde sí es posible quedarse tocando la guitarra o charlando hasta más tarde, sin alterar la tranquilidad del resto del lugar.

El complejo no tiene televisión por cable, aunque sí wi-fi y TV con películas disponibles. Pero según cuenta Ana María, “la gente los usa muy poco, sólo las piden los primeros días. Después descubren que la propuesta del lugar es otra”. Los servicios del lugar son iguales y con el mismo precio para todos. “Acá hay mucho espíritu de comunidad, no hacemos diferencias. Cada uno que viene sabe lo que busca y lo que espera encontrar”, agrega. Por ello, las posibilidades son iguales para todos, aún para los rodantes, que cuentan con amplios espacios para estacionar y conexión a la electricidad.
El camping ofrece parcelas, cabañas y dormis; tres comedores, cocina, despensa, y dos grandes salones de usos múltiples. Todo está calefaccionado para su uso en invierno, construido en madera con la característica arquitectura alpina y cuidado hasta el más mínimo detalle. Además, tiene baños con agua caliente permanente, todo el predio está cercado, y ofrece servicio de lavandería.
El crecimiento turístico de Bariloche y su zona aledaña ya no sorprende a nadie. Nació como un lugar de recreación y así se ha consolidado, aunque en los últimos años este proceso se aceleró notablemente, generando algunas dificultades. “Creo que si uno es bastante coherente con lo que hace no hay muchas presiones, las normas que exige la habilitación que otorga la Municipalidad son claras. Uno debe organizarse en función de las ganancias reales y de esa manera se disfruta lo que se hace” dice concretamente.

El sector del camping en la Argentina es uno de los que más ha crecido, y muchas veces quizás sin la contención o el control necesarios. En este sentido, Ana María reconoce que “a nivel internacional creo que están más organizados que nosotros, pero es bueno que comiencen a surgir entidades como el Club del Acampante, para compartir beneficios y conocimiento, y luego acomodarnos a las necesidades que van surgiendo”

Un camping docente

Quizás fueron las ganas de transmitir vivencias lo que la llevó a dedicarse a la enseñanza, y así encara su trabajo. “Siempre digo que acá hacemos pedagogía social, aunque no exista el término. Antes hacíamos docencia con los chicos, pero hoy con todos los que se hospedan, tratando de fomentar la amistad, el respeto, el cuidad y la camaradería. Uno siente que ayuda mostrar que se puede vivir mejor: las cosas se pueden prestar, uno puede sentirse seguro y ver que sus hijos disfrutan de la naturaleza, se puede hacer uso de las cosas y nadie te mira con mala cara, se puede compartir un mate con gente que uno apenas conoce, los jóvenes pueden divertirse sin necesidad del alcohol. Se puede conocer gente y a las pocas horas compartir un ascenso a la montaña o un viaje en kayak, algo que en la ciudad ya no sucede...”, explica.

No quedan dudas que Ana María sabe y ama lo que hace: “me crié en una familia que me hizo experimentar la vida en carpa, y disfrutar sus beneficios desde chica me ayudó a formarme. Nunca olvido mis veranos en Mar de Ajó, donde primero iba con mis padres y hermanos y luego con amigas... fueron tiempos inolvidables, de juegos en quinchos los días de lluvia, cuando mi mamá me mandaba a guardarle a los vecinos la ropa que estaba colgada para que no se les moje. A veces cuento que comíamos arroz con ketchup y para mí era una de las mejores comidas. También cuando, con mi hermano mellizo, íbamos a cazar ranas luego de un día de lluvia y luego a liberarlas todas cerca de alguna carpa...amo la vida de camping y considero que es una de las mejores formas de disfrutar el tiempo libre, uno puede hacer camping y pasarla cómodamente bien, solo hay que organizarse”, cuenta.

Más datos:
Ficha técnica de Acampante.com: http://acampante.com/ficha/191/camping-ser
Web del camping: http://serbariloche.com.ar
Mail: campingser@gmail.com
Teléfono: (02944) 448 308

Notas de Campings en ediciones anteriores

• El camping de Charly Garcia y Antonio Banderas
• Un refugio en las puertas de la Quebrada de Humahuaca
• Las Violetas que crecen regadas con el amor por el campismo

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