Edición: Septiembre 2009

• 
• 
• 
• 

Cómo elegir una embarcación para salir a pescar

No es fácil elegir una embarcación para pescar, porque no es fácil elegir una embarcación en general. Sin embargo, la aseveración inicial tiene una ventaja: ya se sabe el objetivo por el que quiere adquirirse. Y esto es fundamental a la hora de la búsqueda: no se trata de un artefacto náutico para pasear, para lucirse frente a las chicas, para correr una carrera, para transportar carga, para arrastrar un esquiador… es una embarcación “para pescar”. Sobre la base de este objetivo, veamos algunas consideraciones generales.

Variantes

Lo primero que tendremos que tener en cuenta es el lugar en donde más frecuentemente pescaremos con la embarcación. Si se trata de lagunas, esteros o arroyos pequeños, el tamaño puede ser menor, al igual que el calado. Con un bote de buena calidad o un semirrígido puede ser suficiente. Sobre todo, si existen dificultades en bajar la embarcación y es necesario moverla a mano, como suele suceder en costas barrosas o barrancosas donde cuesta meter un trailer. Los botes son los clásicos de las lagunas. En su construcción, la fibra de vidrio ha desplazado a la pesada y tradicional madera. Es importante que, sin excesos, el bote tenga una manga generosa, porque generalmente lo usan tres o cuatro personas (si le sumamos un piloto o guía que no pesque) y con las cañas y líneas largas que se emplean para pescar pejerreyes. El espejo debe estar en buenas condiciones para aguantar el peso de un motor pequeño y las tablas de asiento deben ser firmes para que los tripulantes puedan usarlas. Por más pequeños que sean, nunca hay que subestimar ningún elemento de seguridad ni dejar nada librado al azar. Un tambucho, en proa por ejemplo, es muy útil para dejar las camperas cuando levanta la temperatura, o para guardar la comida, evitando salpicaduras por las olas o mojaduras por alguna lluvia.

Si se pescará en un ambiente de aguas más rápidas, como un río o un arroyo anchuroso, o en la zona costera marina, entonces no servirá contar con un bote. Es momento de pensar en un semirrígido de mayor tamaño o en una lancha. Y dentro de esta última categoría puede ser una lancha deportiva o un trucker, tan de moda este último en los tiempos que corren.

Si en cambio se practicará la pesca en aguas abiertas, lejos de la costa y con largos viajes en el mar o en el “Mar Dulce” (Río de la Plata), convendrá pensar en un crucero o, al menos, en una embarcación con cabina y quizá hasta un baño o un camarote sencillo.

Como gran parte de los pescadores de nuestro país están englobados en el segundo párrafo, analizaremos un poco las lanchas deportivas y los semirrígidos.

Clásicas

Las lanchas deportivas han sido las clásicas embarcaciones para este tipo de pesca. Durante décadas fueron el instrumento usado por pescadores y guías de todo el país, mucho más con el advenimiento de la fibra de vidrio y la revolución de los grandes astilleros como Pagliettini. Estas sólidas embarcaciones que solían verse bien repartidas por todo el país no contaban con que un día en la Argentina la nafta sería muy cara. Este es su principal problema. Por lo demás, son muy confiables y navegan excelentemente hasta con un oleaje considerable. Suelen conseguirse hoy día a bajo precio en el mercado del usado debido a que, por la primera razón, muchos se han desprendido de ellas.

En los últimos tiempos, se ha impuesto otro tipo de lancha, con menos V, casco más liviano y estructura interior muy sencilla: el trucker. Generalmente más amplios que las lanchas deportivas y sin aditamentos, salvo una pequeña consola central de paso por ambas bandas o apoyada en una de ellas, brindan al pescador deportivo mucho más espacio que una lancha convencional. Si la V es demasiado escasa, entonces, tienden a sobrevirar, problema que puede tornarse serio en una superficie picada por el viento. Su liviandad los ha hecho muy apropiados para bajar en costas playas en el mar, y su bajo consumo a causa del menor agarre y peso, los convirtió en favoritos de muchos guías y pescadores.

Los semirrígidos son las más robustas de las embarcaciones neumáticas. A diferencia de los gomones tienen un piso firme que permite el desplazamiento de los tripulantes con comodidad. Copian muy bien las olas, sin golpear o caer en los senos, y resultan muy seguros, en tanto pueden llenarse de agua o darse vuelta y seguir flotando. Hay que tener cuidado con los anzuelos, especialmente los triples de los señuelos, pues puede pincharse algún depósito inflable. El espacio interior suele ser más reducido que en las embarcaciones antedichas, pero son muy livianos para bajarlos en lugares complicados.

Debe tener

Sea cual fuere la embarcación, algunos elementos son muy útiles para el pescador deportivo. Generalmente, cuanto mayor cantidad de adornos o adminículos de comodidad tenga una embarcación, quedará menor espacio interior para caminar o colocar los utensilios de pesca. En el lenguaje popular, cuanto “más pelada, más limpia”. Sin embargo, cuando se pesca en climas fríos y lugares ventosos, con largas navegaciones, un buen parabrisas es sumamente apreciado. Esta es una ventaja de las lanchas deportivas. En estos casos conviene que tenga un paño central rebatible para acceder a la proa, donde puede pescar un aficionado tranquilamente. Si la embarcación no es open, este espacio desaparece, pues no conviene que alguien pise la cobertura de proa, so riesgo de caerse al agua.

Quienes pescan con mosca tienen una gran dificultad con los accesorios, pues deben dejar caer la línea a sus pies para luego lanzar y cualquier cosa que la toque producirá un tiro más corto. En este sentido son muy útiles las lanchas con plataformas delantera y trasera, como la clásica Carolina Skiff. Estas plataformas también son muy útiles para los que pescan en baitcast y spinning, ya que pueden pararse allí para castear con más comodidad. Como estas pescas se realizan casi siempre sobre las costas, para evitar ruidos que espanten a los peces y, dada la liviandad de la embarcación, se les desconecta el motor a explosión a poco de llegar a destino y se activa un motor eléctrico en proa, al que se lo maneja desde esa posición o mediante un control remoto. Esto permite ubicarla a la distancia precisa de los puntos de pique, dado que en esas modalidades no pueden esperarse largos lanzamientos. Estas lanchas también tienen un bajo francobordo para evitar enganches en la línea y facilitar subir el pez a la embarcación o devolverlo directamente desde el agua. Claro que este diseño exige cuidado en la marejada para evitar un innecesario hombre al agua.

Otros elementos muy útiles son los cañeros, embutidos en el casco o fijados con tornillos. Brindan protección a las cañas (no hay riesgos de pisarlas) y seguridad a los pescadores. El piso de goma adherente es firme para pescar con movimientos laterales o cruzados, como en el momento de garetear con un poco de viento en una laguna honda, el río de la Plata o el mar. Además se lo baldea fácilmente. Todo lo contrario sucede con las alfombras, muy bonitas pero complicadas, incluso cuando en ellas se enganchan los anzuelos.

Las mangueras para el combustible y los cables deben estar bien cubiertos, pues son objeto preferido de los anzuelos y pueden provocar disgustos. Demás está decir que tienen que estar presentes los elementos de seguridad, no porque los exija la autoridad naval, sino para bien de la tripulación, y siempre conviene llevar un bidón extra de combustible, aceite y alimentos y bebidas. “Nunca pasa nada hasta que pasa” decía mi abuelita, que nunca había subido a una lancha, pero había estudiado prevención en la universidad de la vida.

Modelos, colores y adornos son objeto de gusto personal y de posibilidades económicas. Puede elegirlos como el comprador quiera o el bolsillo se lo permita, pero debe recordar siempre la premisa, el objetivo: que sea una embarcación para pescar. Lo que no quita, en absoluto, que sea hermosa y limpia.

Exigencias de Prefectura Naval Argentina

Las embarcaciones tipo lanchas, autorizadas para la navegación en el río de la Plata interior, ríos interiores y lagos de contención, deben tener: una linterna de mano estanca; un ejemplar del Reglamento Internacional para Prevenir Abordajes y una Tabla de Señales; ancla, cadena, cabos, cables y pala o palabichero; bocina o silbato; luces de navegación y fondeo; extintor de incendio; dos bengalas de mano rojas; chaleco salvavidas para cada tripulante y un salvavidas circular. Todo aprobado, en buen estado y no vencido.

Notas de Pesca y náutica en ediciones anteriores

• En carpa!
• Un nuevo grupo que gana espacio con fuerza y actitud
• ¿Cómo comprar una caña?

» Todas las notas de Pesca y náutica

El espacio de los lectores

Dejá tu comentario sobre está nota: