Edición: Diciembre 2010

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Varias alterativas para pescar con señuelos en el mar argentino

Años atrás, quien quería pescar con señuelos -sea en spinning, baitcast o trolling- debía pensar en largos viajes a mares tropicales. Pioneros como Tomás Restano desde el Club Motonáutico de Mar del Plata, comenzaron a marcar el camino: pueden practicarse estas modalidades en nuestras aguas, aunque haya menos diversidad de peces.

 

Zona norte

Desde San Clemente a “La Feliz”, la pesca con señuelos se limita generalmente a pejerreyes con pequeñas cucharas giratorias, número cero a dos, embarcados, en especial en lugares con accidentes como el Barco Hundido o las piedras de Punta Mogotes. Tiene que estar el agua bien limpia, de color verde claro. Muchas veces se los ve comer en superficie y es el momento ideal para pescarlos.

 

Cuando arriman las pescadillas y las palometas, la pesca encuentra los mejores predadores para distancias cercanas a la costa, a las que se llega con semirrígido o lancha deportiva (se usa mucho el trucker). Las primeras prefieren, por lo general, señuelos que toquen el fondo, como jigs livianos. Las segundas suelen subir por la columna de agua y pueden tomar los mismos jigs, pero también minnows de paleta larga e intermedia. Son muy rendidoras para esta pesca las “gomitas” o señuelos de plástico blando.

 

Mar del Plata

Si bien en la zona de Mar del Plata se practican algunas de las pescas citadas, lo destacado es la búsqueda de peces de roca (falso salmón de mar, chernia y mero) en los bancos ubicados a un par de horas de navegación desde puerto. Son enormes planchones pétreos sobre los que los cruceros derivan para darles oportunidad a todos los pescadores a que bajen jigs pesados (150 a 300 gramos) que golpeen sobre el fondo mientras el barco se mueve con la corriente. En ese momento se produce el pique, generalmente muy potente. Como estos peces tienden a buscar las rocas para guarecerse exigen buenos brazos para clavarlos y levantarlos a rienda corta sin que se alojen en las cuevas.

 

Avanzando el verano, hacen su aparición el pez limón y el bonito, cada vez más extraño. De la familia de los atunes, son sumamente veloces y su pesca constituye todo un desafío. Se los busca a trolling con líneas normales o lastradas con corazón de plomo o con un down rigger para llegar a mayor profundidad.

 

Zonas de islas

Cien kilómetros antes de llegar a Bahía Blanca, la gran ciudad enclavada en la ría, se encuentra el balneario Pehuén-Co, donde se destaca la pesca con señuelos gracias a sus aguas más cálidas, con escasa rompiente y presión de pesca. A trolling se consiguen, de octubre a abril, muy buenas palometas y las casi infaltables pescadillas. Con jigs se les suman corvinas y congrios de muy buen tamaño.

 

En la ría de Bahía Blanca hemos capturado con señuelos de paleta larga anchoítas de banco y pez palo, muy agresivo con sus filosos dientes. En estos lugares también abundan las playas y bancos donde pican lenguados de buen porte. Sabemos de su pesca con señuelos y moscas. Manfred Relling, por ejemplo, es un guía especialista en los canales de San Blas. Conviene usar pequeños señuelos que imiten un pejerrey, el alimento preferido de estos peces achatados.

 

Patagonia

Tanto en Las Grutas como en Puerto Madryn y sus alrededores hay variada oferta para el verano en los sectores rocosos sumergidos, donde pican con artificiales que bajan decenas de metros (jigs) falsos salmones, meros, escrófalos y turcos. Durante el invierno, preferentemente, desde la última localidad chubutense hacia el sur atacan de costa los róbalos. Hasta lo que sé, junto con los lenguados, es la única especie para la que no es necesario embarcarse. Toman muy bien ciertas moscas y los señuelos del tipo caimán, como el Tucán o Lazy Ike. Como entra a comer en las rocas playeras se lo pesca prácticamente a los pies del aficionado.

 

Resumen

Como verán la oferta es amplia y para todos los gustos. Solo hace falta elegir la modalidad y adecuarla a la temporada y el bolsillo. Es interesante también porque son lugares a los que puede irse con familiares o con amigos que no pescan y, mientras algunos disfrutan de las playas o de las excursiones, otros les dan duro a las cañas. Eso sí: si el dinero se lo permite, contrate un buen guía. Una vez que va a darse un gusto, déselo en serio. Si necesitan teléfonos o mails de guías especializados en artificiales en la costa marina argentina, envíennos un mail que con gusto se los pasamos.

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