Edición: Septiembre 2010

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Los pescadores invocan a San Pedro

Mientras estoy escribiendo esta nota se aproxima un frente frío sobre el nordeste de la provincia de Buenos Aires. Esto significa que habrá vientos fuertes del sur y una marcada baja de temperatura, ambos factores que retrasan nuestras ya postergadas salidas de pesca en búsqueda de las primeras tarariras de temporada.

Ya para esta época, antes de los intensos fríos del invierno del 2007, que tuvieron su pico máximo con la nevada del 9 de julio, pescábamos taruchas en San Pedro, incluso con temperaturas ambiente de dos y tres grados a la mañana. Luego, hubo una gran mortandad y en 2008 fue difícil capturarlas. En 2009 la temporada empezó muy bien, pero el río subió y se mantuvo muy alto, con lo que las tarariras se metieron en los campos y fue muy difícil, casi imposible, encontrarlas. Además, los enormes cardúmenes de dorados colonizaron la zona, como había sucedido en 1998. Y chau taruchas…

La creciente pasó, el río bajó de a poco y ahora se encuentra en cauce o más bajo de lo previsto. Los guías han encontrado muchos indicios de que será una gran temporada de tarariras. Y es lógico: meses y meses sin que se las pesque,  y mucho alimento pequeño (mojarras, bagrecitos, boguitas, etc.). Todo apunta para que sea una primavera-verano-otoño de los mejores.

A esta altura del calendario el año pasado abrimos en San Pedro con Damián Zanek, fino y sutil pescador de spinning, y el guía Gerardo Sobrino, gran conocedor de las “cuevas” de las tarariras. Los dos resultados más llamativos fueron el tamaño de algunos ejemplares, que rondaron los dos kilos, y que varias hayan tomado en superficie. Por ejemplo, Damián las pescó con un Zara y, en mi caso, usé una rana de plástico duro con flecos y hélice de plástico de Alfer´s. En la zona de más yuyos picaron muy bien con spinner baits que, aunque bajan por su cabecita de plomo, trabajaron a no más de cincuenta centímetros, profundidad que estimamos para el área de ataque. Otra rareza: no picaron en zonas de playas lindantes a los cursos principales, como era común antes del 2007, sino en esteros bajos, algo para nada habitual en el inicio de temporada.

Aberto Juan, fabricante de señuelos fallecido el primer día de agosto, era uno de los mejores pescadores de tarariras que conocí. Inteligente para su pesca, logró demostrar que se las podía capturar con señuelos en invierno, algo que tradicionalmente parecía una locura. Poco antes de su fallecimiento me dijo: “cada vez están más raras las tarariras y en cada pesca se aprende algo nuevo”. No se equivocó. Afortunadamente, hay cada vez más amantes de su pesca, con lo que tenemos más precisiones en la información dada la mayor cantidad de aficionados que se han especializado.

Lo lindo de la tararira es que se la pesca con mosca, en spinning y en baitcast. Por supuesto que también toma carnadas naturales (trozos de pescado, corazón, etc.) y tanto con boya como a fondo. Esto permite que sea un pez que cubre los gustos de los deportistas, desde los más sutiles, aquellos que ya están desesperados por su pesca, hasta lo que se inician o acompañan a los más experimentados. Hay muchos lugares desde donde parten guías con sus lanchas dispuestos a buscarlas. Villa Paranacito, Gualeguay, San Nicolás, Rosario y Baradero. Sin embargo, creemos que San Pedro, el más tradicional de todos estos pesqueros, puede dar las primeras buenas noticias.

El lugar
San Pedro se encuentra a 150 kilómetros de Buenos Aires y de Rosario por la cómoda autopista Ruta 9. Tiene todos los servicios de una ciudad grande y una costanera con clubes desde donde zarpan las embarcaciones. La pesca mayormente se encuentra allende el Paraná al que se llega por el riacho San Pedro. Salvo vientos fuertes que complican la navegación por el gran río y que oxigenan demasiado la superficie y menguan notablemente el pique, el resto es todo placer.

Los mejores lugares para tarariras se encuentran aguas arriba, pasando la Vuelta de Obligado e ingresando por el arroyo González. Son una serie de pequeños cursos con entradas y playas de barro muy rendidoras, como el Bobo y el Sepultura.

También suele ser buena la pesca aguas abajo, ingresando por el arroyo Salvatierra que termina en la Vuelta del Sur, contra el Lechiguanas. Remontando este último se llega al Paso de los Caballos, actualmente cortado por poca agua y mucha vegetación. Toda esta zona tiene pequeños reductos en donde las tarariras se acarduman para aguardar a sus presas con su clásica táctica de camuflarse contra el fondo y atacar a la pasada, con poco esfuerzo. Esto es lo que debe hacer el señuelo o la carnada natural: acercarse al pez y, no bien ataque, el pescador debe clavar con fuerza para romperle la dura boca. Con la carnada natural puede dársele un poco de tiempo más, sobre todo al inicio de temporada, para que la engulla, pero con los señuelos o la mosca es una sola oportunidad, a todo o nada.

Será una buena chance de pescar uno de los pocos peces argentinos que toma señuelos y moscas de superficie. Apunta para una excelente temporada. No diga que no le avisamos.

 

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Datos de San Pedro

Para comunicarse con el guía Gerardo Sobrino: 03329-15-599-250, jhonmor504@hotmail.com

Recomendamos la Posada Agua Grande, un cómodo alojamiento en el centro de San Pedro recién inaugurado, con habitaciones dobles con baño privado, quincho y desayuno incluido. Está en Carlos Pellegrini 659, y sus teléfonos son 03329-425-948/15-603-560.

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