Edición: Marzo 2010

• 
• 
• 
• 

La diversión de acampar junto a simpáticos animalitos

El camping lleva el mismo nombre que el Parque, y está habilitado todo el año. Es el lugar ideal para vivir el maravilloso espectáculo de la fauna regional, especialmente los pájaros carpinteros, ñandúes y perdices, las vizcachas y los carpinchos, entre muchos otros amigables moradores del lugar. Con lugar para 200 carpas, sitios diferenciados para contingentes y familias, parcelas especiales para motorhomes, parrillas, mesas, sanitarios con agua caliente, electricidad, proveeduría y seguridad, es el sitio privilegiado para ser base de las recorridas por la zona, ya que se encuentra bien ubicado dentro del área protegida, a sólo 14 kilómetros del asfalto, por un camino de ripio en buenas condiciones.

El Parque protege distintos ambientes característicos del Espinal, como el pastizal y las sabanas, salpicadas por espinillos, mburucuy, talas y andubaes de tortuosa figura. También se puede apreciar su fauna acuática, donde sobresalen las tortugas pintadas, que toman sol sobre los troncos en medio de las lagunas, el carpincho, el lobito de río, las nutrias y muchas aves costeras como el bigú, y los martín pescador. Las caminatas, los paseos en canoas y las bicicletas –todos ellos se ofrecen desde este camping- son los medios ideales para recorrer y apreciarlos.

El camping tiene nada menos que siete hectáreas y -si bien las parcelas están delimitadas- los visitantes pueden instalarse a su antojo, lo que asegura privacidad y comodidad, dos elementos que no son fáciles de conseguir en plena temporada en otros establecimientos similares. Además, posee sitios especiales para rodantes con la posibilidad de descargar aguas grises y negras. “Si bien el sitio es grande, el reglamento se respeta mucho y a las 12 de la noche ya hay silencio total. Los jóvenes o grupos que quieran seguir su actividad tienen lugares alejados para hacerlo, como las ruinas que están a 800 metros. La idea es que todos puedan disfrutar sin molestarse, y el tamaño y las características del lugar dan para eso”, dice José, su administrador.

Hace tres años que este establecimiento comenzó su actividad, y tuvo que desarrollarse una importante tarea de recuperación. “Cuando tome la concesión estaba bastante venido a menos. Faltaba limpieza, parrillas, seguridad en la instalación eléctrica… ahora la hicimos completamente nueva y cada caja tiene disyuntor, térmica y jabalina. También faltaban otros servicios que ya son comunes en este tipo de lugares, como los refugios. “Ahora ya tenemos dos, y la idea es seguir creciendo”, agrega.

Desarrollar un camping en un área protegida no es sencillo, “por eso es permanente el trabajo conjunto con la Administración del Parque Nacional -dice- ya que la idea es crecer respetando la naturaleza”. En el lugar las experiencias más fascinantes que pueden vivir los turistas son compartir el día con los lagartos overos y las noches con las vizcachas y los capinchos, un ejemplo de la riqueza de la fauna de la zona.

En cuanto a las motivaciones para dedicarse a este emprendimiento, José reconoce que es “más vocación que otra cosa, ya que manejar un camping es un tema complicado, pero me interesó el desafío de trabajar con grupos estudiantiles y la posibilidad de vivir en contacto con la naturaleza”. Antes de administrar El Palmar, José cosechó experiencia en actividades similares. “Antes tuve a cargo otro camping en Colón, el Club Piedras Coloradas, y siempre me dedique a trabajar en turismo o servicios para turistas, ya que en esa misma ciudad tuve dos restaurantes”, cuenta.

El trabajo en el camping se reparte entre grupos escolares o educativos y familias. Paulatinamente, se están incorporando servicios para turistas extranjeros. “Para ellos estamos organizando un receptivo desde Colón hasta el Parque, para que lleguen y se instalen con mayor facilidad”.

Sobre la experiencia recogida en este tiempo, José reconoce que es muy buena. “Realmente la gente se va muy conforme con las instalaciones y la atención. Este año hicimos encuestas para evaluar la calidad y nos dieron muy bien, pero sobre todo lo más importante es que vuelven y que lo recomiendan a familiares y amigos”.

Si bien reconoce que el campingturismo parece no existir para muchas entidades oficiales, como secretarías y direcciones de Turismo varias, valora la tarea de entidades como el Club del Acampante. “Es importante crear conciencia sobre el valor de la vida en la naturaleza, y si los gobiernos no lo hacen, tendremos que empezar nosotros desde abajo hasta que se den cuenta de lo que vale”, remata.

Camping El Palmar
Ubicación: Ruta 14, km 199, Parque Nacional El Palmar, Entre Ríos
Contacto: (03447) 42-3378 / 42-4765
rioservicios1@arnet.com.ar
www.campingelpalmar.alojar.com.ar

Notas de Campings en ediciones anteriores

• El camping de Charly Garcia y Antonio Banderas
• Un refugio en las puertas de la Quebrada de Humahuaca
• Las Violetas que crecen regadas con el amor por el campismo

» Todas las notas de Campings

El espacio de los lectores

Dejá tu comentario sobre está nota: