Edición: Diciembre 2010

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De la carpa a la casilla, de ahí al motorhome, y finalmente... el camping!

Hace casi 20 años Normando y Cristina Tortosa comenzaron la concreción de un sueño: hacer de su manera de vacacionar su sustento y forma de vida. Acampantes desde chicos con sus padres, pasaron en su vida de casados por la carpa, la casilla y el motorhome, aunque siempre como vacaciones y no como trabajo. Pero a principios de los ’90, Normando desde el sector contable de una empresa agrícola, industrial, importadora y exportadora; y Cristina de un comercio de barrio y las tareas del hogar, saltaron a la actividad turística cuando decidieron participar de la licitación de los bosques de Valle Grande, que hizo la municipalidad de San Rafael para dedicarlos a la explotación turística.

 

Así nació la historia de Ayum Elun, a la que se sumaron Gabriela, Gonzalo, Rodrigo y Gimena, que ya trajeron a nueras y yerno, y también a la primera nieta, Victoria, logrando que toda la familia participe de la actividad. “En esa oportunidad nos enteramos y solicitamos el pliego de condiciones y con mucho coraje lo preparamos, nos presentamos y ganamos la licitación. Cumplimos con mucho esfuerzo con todo lo pedido en los pliegos, logrando la compra y escrituración del inmueble. Eran años donde el turismo en San Rafael, la provincia y el país recién estaba comenzado a desarrollarse y tuvimos que luchar mucho para ir consiguiendo infraestructura, servicios y principalmente la promoción del destino. Aún hoy tenemos que seguir en esa lucha”, recuerda Normando.

 

El complejo

Ayum Elun se encuentra a 27 kilómetros de San Rafael, provincia de Mendoza, en el cañón del río Atuel. Tiene una superficie de cuatro hectáreas bañadas por el sol cuyano, asombradas por jarillas, chañares y piquillines, y custodiadas por los cerros de la sierra La Pintada. Allí se concentran tres alojamientos diferenciados:

 

El camping tiene parcelas con agua potable y luz las 24 horas, sanitarios completos, duchas y lavabos, agua caliente durante ocho horas al día, parrillas y estacionamiento cubierto. También, cuenta con lugares diferenciados para rodantes.

Las cabañas son de dos tipos. Unas de construcción tradicional y otras de troncos y materiales de la zona. Las tradicionales tienen capacidad hasta 6 personas y las de troncos para 4. Estas últimas suman un desayunador en balcón frente al Río Atuel. Todas incluyen rompa de cama y blanca, servicio diario de mucama, estacionamiento cubierto, vajilla completa, parrillas, horno microondas y heladera. También calefacción y TV satelital.

Por su parte, la hostería cuenta con 16 habitaciones para hasta 6 personas, con baño privado y servicio de mucama diario. Se encuentran equipadas con cuchetas dobles con colchón y almohada, servicio de blanco y calefacción. Además poseen una excelente vista al río. Su tarifa incluye el uso de la piscina y todas las instalaciones del complejo.

Entre las instalaciones generales cuentan la gran piscina, la proveeduría, el restaurante, el patio de comidas, el parque con juegos y espacios recreativos y la oferta de actividades de turismo aventura. “Las actividades más buscadas por nuestros visitantes son el rafting y otros deportes acuáticos; el rappel, la escalada y la tirolesa, las cabalgatas, el trekking, el mountain bike y los safaris fotográficos en 4x4”, cuenta Normando.

 

Un servicio para cada tipo de turista

“El público que recibimos es muy variado y de todas partes del país. En un pequeño porcentaje extranjeros, algunos de Sudamérica y otros europeos. La temporada la comenzamos con grupos de estudiantes en agosto hasta mediados de diciembre que vienen en sus viajes de estudio o de fin de curso y se alojan en carpa, en albergue o en hostería; recibiendo si lo desean la alimentación y el turismo de aventura. Ya en noviembre estamos recibiendo también parejas, familias y jóvenes en nuestras cabañas y camping. Luego seguimos con mucha ocupación durante el verano hasta Semana Santa inclusive. Enero y febrero son a pleno. En estos meses ya no recibimos contingentes por razones de capacidad y no ser compatibles -debido a sus actividades- con el turismo de vacaciones y descanso de los clientes particulares”, detalla el entrevistado.

 

En cuanto a los requerimientos de esta demanda tan variada, explica: “Tenemos servicios diferenciados de acuerdo a época y turistas. Cuando vienen contingentes adaptamos la hostería y albergue con cuchetas con más capacidad por habitaciones y las cabañas no las destinamos al alojamiento de chicos sino para directivos y choferes. Además, equipamos los quinchos con heladera, anafe y horno, mesas y banquetas para que los grupos puedan cocinar y comer en ellos. Para los grupos que contratan la pensión completa, adecuamos el restaurante para que lo usen también”.

 

El campingturismo, entre las satisfacciones y las dificultades

Normando y Cristina asumieron la construcción del lugar en un momento muy poco propicio de la economía nacional para el turismo, como fue la segunda mitad de la década de 1990. El tipo de cambio bajo respecto al dólar y la profunda recesión económica atentaban contra los viajes de ocio. En ese contexto desarrollaron un complejo casi único en Argentina, y si bien la situación es diferente en la actualidad, aún enfrentan dificultades. “A nuestro entender aún falta la continuidad del trabajo, principalmente por la estacionalidad de esta actividad y el poder contar con personal calificado el año completo. Por esa razón es que fuimos incorporando otros tipos de alojamiento y servicios que complementaron al camping”, cuenta.

 

Aún así “las satisfacciones que no regala esta actividad son muchísimas: el contacto con turistas que buscan la paz y el descanso, y principalmente conocer nuevas costumbres, usos, paisajes, circuitos turísticos… A diario nos sorprendemos compartiendo con gente que nos cuenta sus vidas, sus viajes, sus ocupaciones y hazañas, y también detalles de sus pueblos, ciudades o países. A eso se suma que cotidianamente reconocen nuestro esfuerzo, la atención, los servicios y en especial el trato personalizado de nuestra familia y equipo de trabajo”, agrega.

 

Sobre el Club del Acampante

“El Club del Acampante nos pareció una idea excelente. Por fin alguien que aglutine las necesidades e inquietudes de la gente que tanto ama la vida en la naturaleza, y que ahora cuenta con beneficios que le ayudan a viajar y disfrutar de lugares tan buenos que tiene nuestro país”, valora Normando. “Por tratarse de un público muy especifico pero tan creciente en los últimos años, era necesario crear un lugar -que en su mayor parte es virtual- que los informe, los contenga y les dé herramientas que quizás no sabían que estaban a su alcance. Todos los esfuerzos para que el campismo sea una actividad nucleada el un Club a nivel nacional son excelentes. Y que a su vez contenga, aunque sea es forma transitoria, a extranjeros que necesitan seguridad en su paso por nuestro país, es un pedido de servicios y seguridad que en muchos países son tan comunes y aquí no existen” concluye.

 

Más información:
Vea la ficha de Ayum Elun en ACAMPANTE.com
www.ayumelun.com
Ruta 173 km. 27, Valle Grande, San Rafael (Mendoza)
02627 15538866
complejo@ayumelun.com

Notas de Campings en ediciones anteriores

• El camping de Charly Garcia y Antonio Banderas
• Un refugio en las puertas de la Quebrada de Humahuaca
• Las Violetas que crecen regadas con el amor por el campismo

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